Definitivamente Google Maps es una aplicación increíblemente útil. Nos informa de cómo llegar de un lugar a otro sin tener que perder tiempo en mirar mapas o preguntar a los viandantes. No hace falta preguntar a nadie más que a Google Maps. La herramienta nos guiará hasta nuestro destino, por un camino más o menos acertado y evitando cualquier atasco que se nos pueda presentar en el trayecto. Pues bien. Un artista, Simon Weckert, quiso probar un experimento para ver si era capaz de engañar a Google Maps simulando un atasco virtual. ¿Adivinan qué ocurrió? Exacto. Weckert consiguió “hackear” Google Maps. Y es más fácil de lo que pensábamos.

¿Sábes cómo lo hizo? Simplemente armado de una carretilla y 99 smartphones consiguió crear atascos de tráfico caminando por la ciudad, haciendo girar un pequeño remolque en el que iban todos los móviles -alquilados- con sus respectivas tarjetas SIM activadas y la previa instalación de la app de Google Maps en cada uno de ellos. Su paseo por la ciudad hizo creer a Google Maps que estaban surgiendo atascos de tráfico (falsos, en realidad). Atascos que seguían a Weckert mientras se movía por las calles de la ciudad, claro. El artista escogió un momento en el que el tráfico era escaso. El objetivo de este curioso experimento, que llevó a cabo el verano pasado -aunque no ha querido publicar tal ‘hackeo’ callejero hasta que llegara el 15º aniversario del lanzamiento de Google Maps-, era mostrar que confiamos en exceso en la tecnología de tráfico a pesar de que, claramente, presenta ciertas limitaciones. Como ha demostrado el artista berlinés.

La aplicación de Google Maps, convencida del atasco, redirigía a los conductores para que evitaran esas calles. Los datos de una calle de doble sentido, y los mapas abiertos de Google afirmaban que las calles estaban llenas de tráfico en un área muy pequeña. Y es que en Google Maps aparecía un colosal embotellamiento de tráfico, pero en las calles no circulaba prácticamente ningún vehículo. Así, al entrar en la aplicación, podías ver por las calles de Berlín, una gran línea roja que denota el tráfico de extremo a extremo en varias calles -que normalmente discurren tranquilas-. Es curioso cómo el culpable era un hombre caminando lentamente por la ciudad tirando de una carretilla de color rojo.

Está claro que los programadores no habían anticipado durante la fase de planificación de Google Maps que alguien podía probar un experimento de este tipo. Este truco también responde algunas preguntas que probablemente todos nos hemos hecho en algún momento sobre cómo funciona realmente la conocida aplicación de Google Maps.