En un giro impactante, el peso argentino experimentó un colapso histórico del 54.24% en el inicio de las operaciones mayoristas, en respuesta a las medidas anunciadas por el nuevo Gobierno ultraliberal de Javier Milei. Estas medidas, parte de un fuerte ajuste fiscal, tienen como objetivo abordar la creciente inflación anual que afecta a los argentinos, quienes ya enfrentan una inflación del 200% y una pobreza que supera el 40%.

La primera cotización electrónica situó el valor del dólar en 801 unidades ARS por dólar vendedor, en comparación con el cierre previo de 366.55 unidades. Este marcado derrumbe se produce en medio de un escenario económico complicado, con reservas netas negativas y una estanflación que impacta en la capacidad adquisitiva de la población.

El ministro de Economía, Luis Caputo, delineó una serie de medidas ortodoxas para hacer frente a la crisis financiera, incluyendo un drástico recorte de gastos y una devaluación del peso para mejorar la competitividad. La devaluación del peso argentino a 800 unidades por dólar es la más significativa desde la salida de la convertibilidad en la década de 1990, según el analista Salvador Vitelli.

El Banco Central Argentino (BCRA) anunció que mantendrá la tasa de interés de referencia en un 133% anual y aplicará una nueva «paridad móvil» que debilitará el peso en un 2% mensual tras la fuerte devaluación. La consultora Capital Economics expresó preocupación sobre la sostenibilidad de mantener el tipo de cambio móvil, advirtiendo que podría conducir a otra devaluación significativa en el futuro.

Como parte de las medidas, el Gobierno anunció recortes en los subsidios al transporte y la energía, así como una drástica reducción de las obras públicas, buscando eliminar el déficit fiscal y reducir el riesgo país. El vocero presidencial, Manuel Adorni, indicó que esto llevaría a la expectativa de déficit cero, eliminando la emisión monetaria para financiar el Tesoro. Estas medidas, aunque destinadas a estabilizar la economía, plantean desafíos significativos y generan incertidumbre sobre el futuro económico del país.