Lograr la satisfacción después de un gran esfuerzo convertido en éxito puede llegar más rápido cuando trabajamos con disciplina y buenos hábitos.
Sabemos que alcanzar el éxito no es un proceso fácil. Una vez que cumplimos nuestras metas, volteamos hacia atrás y vemos el largo camino que hemos recorrido, y aunque fue difícil, disfrutamos mucho y nos sentimos orgullosos por estar justo donde siempre quisimos.
La satisfacción después de un gran esfuerzo convertido en éxito puede llegar más rápido cuando trabajamos con disciplina y buenos hábitos.
Por supuesto cuando tus metas son claras, tienes mucho más control sobre tu destino que cualquier otra persona. Tu jefe actual tiene muy poco control sobre tu carrera, porque si sus objetivos no coinciden con tus propios objetivos, sin dudarlo puedes cambiar fácilmente de trabajo.
Regularmente nos interponemos en nuestro propio éxito. Nos aferramos a viejos y malos hábitos que aprendimos desde niños, pero que nunca nos han servido, y nunca lo harán.
Estos son los malos hábitos que debes terminar para lograr el éxito que mereces:
- Gastar todo tu tiempo y energía en tu lista de tareas pendientes y no en lo que imaginas la vida y la carrera que deseas.
- Creer cuando otras personas te dicen que no puedes ser lo que quieres ser o no puedes lograrlo porque no tienes talento, inteligencia ni experiencia para ello.
- Quedarte callado cuando quieres hablar porque tienes miedo de que a otra persona no le guste lo que tienes que decir.
- Hacer muchas cosas más o menos bien, en lugar de hacerlo muy bien.
- Evitar grandes cambios porque hacer cambios puede ser incómodo o atemorizante.
- Quedarte dormido en tu trabajo y perder el contacto con el mundo exterior, contigo mismo y tus sueños.
- Juzgarte a ti mismo y a los demás.
- No establecer límites: con su jefe, sus compañeros de trabajo, sus clientes, su familia y sus amigos.
- Anteponer a otras personas y ponerte a ti en último lugar.
- Anteponer a otras personas y ponerte a ti en último lugar.
Si crees que tu éxito traerá cosas buenas al mundo, entonces así será. Mereces por lo menos la mayor cantidad de tiempo, atención y cuidado que cualquier otra persona.
No te pierdas en tu trabajo y te olvides del resto de tu vida. Por lo que sabemos, sólo tenemos una vida para liderar. Cuando llegues a tu máxina edad, ¿realmente te enorgullecerá el hecho de que obtuviste un importante puesto a los 36 años, o de cualquier otra edad?