Estados occidentales y grupos de derechos humanos acusaron el miércoles a China de detener a uigures en campos, pero el gobierno negó estas afirmaciones. El portavoz alemán dijo que su país sigue de cerca los acontecimientos en la provincia de Xinjiang porque a Berlín «siempre» le ha preocupado lo que ocurre allí; también alentó la transparencia de Pekín en este asunto. Las políticas hacia los ciudadanos chinos necesitan más atención que nunca según algunos expertos que creen que es el momento de un cambio drástico si es necesario.