La serie de Ciencia Ficción Black Mirror nos ha impresionado en más de una ocasión, pues ha sabido relacionar de manera magistral las emociones humanas con un desarrollo tecnológico exagerado —del cual no estamos muy alejados. La serie representa un surrealismo moderno desde el cual se hacen críticas serias a la sociedad en la que vivimos, con increíbles metáforas que nos sacuden y nos han hecho reflexionar en más de una ocasión. A veces también surge la pregunta: ¿A dónde vamos a parar?

Esta cuarta temporada —que estrenó sus seis episodios el 29 de diciembre pasado— no fue la excepción. Nos ha dejado impresionados con la capacidad que mantienen los guionistas para sacarnos de nuestra zona de confort como espectadores. El episodio cuatro de esta temporada —titulado “Hang the DJ” en referencia directa a una canción de The Smiths— nos deja con un muy buen sabor de boca, aunque se sale un poco de la estructura convencional de otros capítulos. El episodio se asemeja a una intrigante comedia romántica y es una excelente metáfora sobre lo que tiene que suceder para que encuentres a tu media naranja, y lo difícil que es mantener una relación.

Relacionado como siempre con la tecnología, este episodio nos muestra a un par de prospectos que ponen su fe en «el sistema» para encontrar a su pareja ideal. El sistema funciona con un pequeño aparato que les dice con quién salir y durante cuánto tiempo estarán en una relación —que puede o no gustarles. De esta manera, el sistema crea filtros y llega al encuentro final: la pareja ideal. Como ya se mencionó,Black Mirror está lleno de metáforas sobre los aspectos más humanos. A continuación, te compartimos las 6 etapas metafóricas que aparecen en “Hang the DJ”, el episodio con el que Black Mirror desmenuza el amor.

1. El primer amor

En un principio nuestros protagonistas viven su primera cita el uno con el otro; y aunque ocurren algunas situaciones incómodas, la química fluye y es inevitable notar la atracción que sienten. Lamentablemente, su encuentro sólo dura 12 horas; a pesar del poco tiempo, el encuentro se vuelve muy significativo para ambos, ya que al final siempre serán la primera experiencia del otro. Lo cual nos lleva a nuestra primera metáfora; si bien el primer amor no dura para siempre, se vuelve algo significativo para el ser humano y será recordado para toda la vida.

2. Las malas relaciones

Tras su prematura despedida, ambos son víctimas de relaciones largas. Él se encuentra en una relación con una mujer que no le agrada y con la que no tiene nada de química, y lo más triste es que tiene que durar un año con ella. Por otro lado, ella se encuentra en una relación de nueve meses con un hombre al que encuentra realmente atractivo y con el cual tiene mucha conexión sexual, pero nada de conexión emocional. Su relación se basa en sexo, pero en general vive una vida monótona con un hombre con el que no tiene absolutamente nada en común. La metáfora es clara: en la búsqueda de esa persona ideal nos aferramos a relaciones tóxicas y sin sentido, en las cuales duramos mucho tiempo; y a pesar de que queremos escapar de ellas, el temor a estar solos nos lo impide y nos convertimos en seres infelices.

3. Las aventuras de una noche

Mientras él se encuentra todavía en su tóxica relación de un año, ella comienza a experimentar las aventuras de una sola noche, ya que el sistema la encasilla en encuentros de tan sólo unas cuantas horas. Lo que al principio parece ser algo muy divertido, termina por convertirse en algo desgastante y sin significado, una experiencia extra-corporal. Esto es bastante común en la vida real. Por muy divertido que pueda ser, llegará un momento en el que el vacío de estas relaciones te consume y te hace sentir más solo de lo que en realidad estás. Nadie dura para siempre sin afecto y conexiones emocionales.

4. El tiempo

Cuando finalmente vuelven a estar juntos, llegan al acuerdo de no revisar el tiempo que el sistema ha determinado; quieren simplemente disfrutar hasta que el inevitable final llegue. Durante el desarrollo de su relación no queda duda de que ellos están muy bien juntos. Su química se convierte en amor, logran crear una relación sólida. Sin embargo, la duda se apodera de él, la idea de que todo puede terminar en cualquier momento no lo deja ser completamente feliz, y lo lleva a revisar el tiempo a escondidas, provocando una terrible catástrofe que termina por separarlos.

Ésta es quizá la metáfora más importante de todas, ya que no se puede empezar una relación pensando en cuándo va a terminar. La idea de que las cosa tienen fecha de caducidad puede arruinar todo y causar una despedida prematura. Lo mejor es disfrutar cada momento y no pensar en el tiempo.

5. El duelo y la ruptura amorosa

Después de su despedida, ambos viven sin ser felices. Él se encuentra un tiempo solo y el sistema va encasillándolo con personas también en duelo con las que comparte experiencias. Ella vuelve a las aventuras de una noche que sólo la ayudan a rellenar el vació de manera efímera y sin sentido. No podemos sustituir a una persona con otra persona; quizá debemos estar solos y dejar que el tiempo sane las heridas para darnos cuenta de qué hicimos mal, qué podemos aprender y qué deseamos en realidad.

6. El aprendizaje

Después de experimentar el primer amor, de pasar por terribles relaciones, de vivir aventuras de una sola noche y de tener conciencia de que no debemos tomar en cuenta el tiempo, el sistema les da una oportunidad de despedirse antes del encuentro final con sus supuestas parejas ideales. Pero durante su despedida se dan cuenta de que todo fue una lección del sistema, intentó separarlos a toda costa —tal como el destino y las circunstancias hacen en la vida real—; tuvieron que pasar por todo aquello y aprender de ello para finalmente darse cuenta de que se amaban el uno al otro, y que en todas las simulaciones terminarían por elegirse.