Hoy tal vez a las generaciones anteriores les faltó cierta apertura para hablar de sus emociones y sentimientos más profundos en un contexto en el que la salud mental y espiritual no estaba en foco, para los millennials esta realidad es bien diferente. Aquí te decimos porqué.

Seguramente has escuchado de la llamada «generación de la inteligencia emocional», son ellos quienes tiene el autoconocimiento y la búsqueda de bienestar como una de sus prioridades. Comparados con otras generaciones, aquellos que hoy rondan entre los 20 y 30 años ven de forma mucho más natural la posibilidad de buscar ayuda psicológica y recurrir a terapias para enfrentar sus miedos e indagar en sí mismos.

Pero, ¿será que ahora los millennials están demasiado obsesionados con el autoayuda? ¿Puede uno volcarse en exceso hacia este tipo de tendencia? Descubre más sobre este panorama actual e intrigante.

Aportes confusos y contradictorios

Según la psicóloga Nathalie Theodore, quien se desempeña en Chicago, «los libros de autoayuda constituyen recursos increíbles, pero hay personas que estén leyendo demasiado de este tipo de literatura». A su juicio, leer un consejo tras otro puede generar más confusión en vez de adquirir claridad y alivio.

En su opinión, los jóvenes pueden llegar a volcarse demasiado fuera, a buscar las respuestas en «algo exterior» que les digan cómo proceder en vez de intentar encontrarlas dentro.

Desde jóvenes

Los millennials constituyen una generación a la que le importa de veras mejorar y salir adelante. Para la psicóloga y coach Elizabeth Lombardo, «estos jóvenes son mucho más exigentes consigo mismos» y, en general, «cuando se convierten en padres tienden a juzgarse de forma bastante severa».

¿Terapiadependientes?

Elizabeth Lombardo entiende que, si bien la terapia psicoanalítica puede ser muy beneficiosa, en ocasiones puede enfocarse en exceso en lo negativo. Desde su perspectiva, ciertas terapias tradicionales pueden incluso generar cierta dependencia por parte del paciente.

Siguiendo esta línea de razonamiento, es posible que algunas terapias funcionan más como un «bastón imprescindible para caminar» que como una herramienta de crecimiento personal. Como consecuencia, la persona suele sentir una sensación de estancamiento, un hecho que mina la confianza y la seguridad en sí misma.

Quizás sería importante equilibrar el afán desmedido por mejorar y ser productivo ya que esto podría derivar en una conducta demasiado autoexigentey provocar a su vez el aumento en los niveles de ansiedad y estrés. En todo caso sí es de celebrar la búsqueda de crecimiento personal y la reflexión respecto de nuestros pensamientos y actitudes.

Seguramente este camino llevará a todas las generaciones a vivir de manera más armoniosa consigo misma y con el mundo que las rodea.

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