Esta generación no sólo se ha apoderado de los lentes de pasta dura, los lipsticks rojos e Instagram. Los jóvenes que ahora tienen entre 17 y 37 años han revolucionado la forma en que actuamos en el día a día con propuestas de transporte como Uber, con Airbnb en el sector turístico, en la educación con el homeschooling, a nivel laboral ejerciendo como freelance y hasta en la comida con el nuevo mercado dedicado a los alimentos orgánicos y superfoods.

Los millennials son los adultos jóvenes, la población más activa a nivel laboral y, en consecuencia, quienes generan mayor flujo económico, pero ¿en qué han derivado todos estos cambios, a los que ahora estamos ya acostumbrados, a nivel financiero? En convertirse en uno de los principales consumidores de las marcas de lujo.

De acuerdo con un estudio de Fung Global Retail Tech realizado este año, la diferencia más notable de esta generación, en comparación con grupos de otras edades, es que a la hora de comprar confían más en la experiencia –que otros usuarios comparten- que en el producto en sí. De ahí el cuidado que muchas marcas dedican a la opinión de sus clientes. El peso de la recomendación de “boca en boca”, pero potencializado con al alcance digital.

Para ellos no es suficiente haber escuchado que “x” producto es el mejor, el entorno tecnológico actual, que la llamada “generación Y” domina con facilidad, les permite investigar, informarse y comparar antes de adquirir “cualquier cosa”, justo lo que desean evitar al definirse como “únicos”. Los millennials buscan lo mejor, aquello de lo que sólo hay pocas piezas en existencia, artículos de colección y todo lo que se distinga de lo producido en masa que, por supuesto, eleva su valor en el mercado.

Por ello, según la consultora estadounidense Bain & Company, el 30% de los compradores de marcas de lujo son precisamente los millennials y se espera que se conviertan en el 45% de los clientes de este mercado para el 2025. ¿Un dato adicional? El 70% de las compras de lujo están influenciadas por interacciones en línea.

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