El Senado aprobó el dictamen del Plan B de reforma electoral del presidente Andrés Manuel López Obrador, que ahora será devuelto a la Cámara de Diputados para sus efectos constitucionales.

La reforma permite las «candidaturas comunes», en las que los logotipos de varios partidos aparecen en el mismo recuadro de la boleta electoral, y éstos deben ponerse de acuerdo para distribuir entre ellos los votos emitidos.

Se aprobó la reserva de que cada partido sea responsable de presentar por sí mismo la verificación.

Según la propuesta, ninguna persona podrá registrarse como candidato a diferentes cargos en el mismo proceso electoral; tampoco podrá ser candidato a un cargo federal y simultáneamente a otro de nivel municipal o de distrito territorial. En caso de que ya se haya realizado el registro ante la oficina electoral federal, éste se cancelará automáticamente.

Se incluyó la facultad exclusiva del Congreso para expedir normas que regulen la postulación de candidatos, lo que constituye una reserva de que dicha materia no podrá ser regulada por otras de carácter secundario, como acuerdos, lineamientos o reglamentos.

El senador Napoleón Gómez Urrutia presentó una reserva al artículo 68 de la Ley General de Partidos Políticos, aprobada por el Pleno, que establece que en caso de que la Dirección Ejecutiva de Fiscalización advierta una omisión por parte de la Comisión de Fiscalización, ésta deberá emitir un dictamen al respecto.