La vedette Wanda Seux falleció después de varios meses de agonía en la Ciudad de México. La estrella del cine de ficheras padeció desde el inicio de este 2020 los estragos del deterioro de su salud, pero durante la última semana se le vio más “agotada” de lo normal y fue en la bañera de la Casa del Actor donde la muerte finalmente la alcanzó.

Alfredo Cordero, el entrañable amigo de la famosa, tuvo la oportunidad de visitarla el pasado lunes en la residencia que ocupó durante los últimos meses.

El artista plástico comentó a la periodista Flor Rubio, en Venga la Alegría, cómo fueron los últimos días de vida de Wanda Seux y el método que utilizaba para comunicarse con todos a su alrededor, a pesar del grave daño cerebral que padeció por los infartos que sufrió durante los últimos años.

“El lunes fue el último día que la pude ver y la sentí muy cansada. Estaba agotada, sentí que un espíritu indómito, tan grande, tan fuerte como el de Wanda ya era mucho para ese cuerpo tan pequeño y lastimado”, confesó consternado para el programa de TV Azteca.

Cordero resaltó que el estado de salud de la vedette no había cambiado en bastante tiempo, ya que si bien tenía daños cerebrales, siempre buscó mantenerse fuerte ante la adversidad.

“El estado era, aunque muy delicado, era siempre estable. Mantuvo hasta el último momento una voluntad férrea por la vida, una llama de existencia, un ímpetu, jamás se rindió”, comentó.

“Ella no estaba conectada, sufría un daño cerebral, pero me reconocía. Mediante la pura vista me expresaba emociones, asentía, se enojaba, había cosas que la ponían de mal humor y te cerraba los ojos y se volteaba o había cosas que le daban cierta gracia y guiñaba el ojo”, recordó el artista plástico que acompañó a la bailarina durante los últimos años de su vida. Alfredo Cordero resaltó que desde ha un tiempo se dedicó a contarle historias y emplear varios elementos para que no dejarla caer y entretenerla.