La primera derrota de Rayados como local en el semestre llegó en la hora más desafortunada, a manos de unos felinos que aplicaron toda la experiencia acumulada jugando Finales y silenciaron una fiesta que ponía un marco inmejorable para La Pandilla.

El título es el sexto de Liga en la historia de Tigres, mientras que Monterrey perdió su tercera Final consecutiva, alargando la racha a siete años desde su última con­quista en el torneo.

Monterrey fue una avalancha desde el inicio, y se puso al frente apenas al minuto 2 en un balón largo que Rogelio Funes Mori bajó con el pecho, y de atrás Dorlan Pabón sacó un disparo potente de pierna derecha, que se anidó tras besar el poste, ante la locura en el entorno.

Pero Rayados cometió el pecado de darle la iniciativa a la UANL y Eduardo Vargas puso el 1-1 en un disparo desde la media luna.

Cuatro minutos después Francisco Meza, quien suplía al suspendido Hugo Ayala, provocó un shock en el ambien­te al ganar un balón por aire y fusilar a quemarropa al arquero Hugo González que apenas si vio el esférico.

Monterrey saltó al segundo tiempo más agresivo con el ingreso de Luis Fuen­tes por José María Basanta, y La Pandilla se fue de forma rabiosa sobre el marco de Nahuel Guzmán.

Al 55´ Nahuel salvó con las piernas un remate de Fuentes que parecía el empate.

Tigres buscó velocidad y el «Tuca» Fe­rretti sacó a Vargas para mandar a Jür­gen Damm, y luego refrescó con Ismael Sosa por Enner Valencia, provocando auténticos alaridos en sus intentos de ir por el tercero.

El «Turco» Mohamed mandó a Jorge Benítez por Jonathan González y llegó la jugada clave cuando el paraguayo cayó en el área al 81´ siendo trastabillado. Dos minutos más tarde Avilés cobró y puso su disparo en la tribuna, como una réplica de la Final perdida en el 2016, cuando Edwin Cardona falló un penal ante el Pachuca.

Tigres resistió hasta el Final y con­sumó su triunfo a los cinco del alargue, provocando el llanto en los dos bandos, alegría por los ganadores, y tristeza por el cuadro vencido.