El Senado de la República reformó el artículo 58 del Código Civil Federal para permitir que los padres decidan el orden de prelación de los apellidos de sus hijos recién nacidos.

La senadora Olga Sánchez Cordero argumentó que esta reforma era necesaria para proteger el derecho de las personas a la igualdad, como lo prescribe el Artículo 4 de la Constitución de México.

El acta de nacimiento contendrá los apellidos materno y paterno de acuerdo a lo que acuerde cada familia.

Durante la sesión plenaria se emitieron 80 votos a favor y 17 abstenciones.

La iniciativa fue turnada a la Cámara de Diputados para su análisis, discusión y aprobación en su caso; posteriormente se compartieron en línea numerosos comentarios de senadores elogiando su importancia para promover la igualdad en la sociedad.