En su retrasado discurso sobre el estado de la nación, el presidente ruso Vladimir Putin acusó a Occidente de iniciar y mantener la guerra en Ucrania.

Retrató a Rusia como víctima del doble juego occidental y dijo que Moscú estaba luchando por su propia existencia.

La guerra, ampliamente condenada, ha despertado de nuevo el temor a una nueva guerra fría, ha reavivado antiguas divisiones entre Rusia y Occidente, ha revitalizado la alianza militar de la OTAN y ha creado la mayor amenaza para el gobierno de Putin desde que asumió el poder hace dos décadas.

En su discurso del martes por la noche antes de la fecha de inicio del primer aniversario (24 de febrero de 2022) del conflicto con Ucrania -que ha matado a decenas de miles de personas- Putin rechazó cualquier culpa por parte de Moscú; prometió que no habría retirada militar en los territorios ucranianos anexionados ilegalmente.

También ofreció una letanía de agravios para justificar la invasión y repitió viejos conceptos, pero subió la apuesta al declarar que Rusia suspendería su participación en el último pacto de control de armas nucleares existente con EEUU (Nuevo Tratado START).