La nueva versión (que Sony comercializa con el nombre de aibo en lugar del anterior AIBO) está equipada con un potente chip de computación, pantallas OLED para los ojos y la capacidad de conectarse con redes móviles.

Al igual que su predecesor, la nueva mascota de juguete responde a comandos de voz y puede ladrar, sentarse y mover la cola. Su tamaño pequeño hace que se lo pueda levantar y tiene bordes más redondeados.

Sólo para Japón, las reservas del aparato de mil 740 dólares comienzan este miércoles, mientras que las entregas se harán a partir del 11 de enero.

El perro con inteligencia artificial es otro indicio de la disposición de Sony a correr nuevos riesgos. Luego de una profunda reestructuración en la que se redujeron personal y productos, la firma fabricante de aparatos electrónicos espera ahora dar a conocer este año la mayor ganancia operativa de su historia.

El máximo responsable, Kazuo Hirai, que trabaja desde 2012 en la recuperación de la compañía, que tiene sede en Tokio, ha alentado a ingenieros y marketers a presentar nuevas ideas, desde perfumeros digitales y drones hasta sensores 3D.

“La misión de Sony, y la razón de su existencia, es ser una compañía que despierte la curiosidad de la gente”, dijo Hirai en una conferencia de prensa en Tokio.

“Estoy convencido de que un robot que pueda conectarse con una familia y darle alegría es algo que encarna la misión de Sony, por lo cual pedí el desarrollo de aibo hace un año y medio”, detalló.

El mayor cambio es que la nueva versión será más inteligente y tendrá una mayor interacción con sus dueños. La tecnología se basa en trabajo de Cogitai, una startup de software de inteligencia artificial que aprende de las interacciones en el mundo real.

La firma tiene sede en Anaheim, California, y cuenta con el respaldo de Sony.

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