Recientemente, ha surgido una controvertida afirmación sobre la presunta financiación del Cartel de Sinaloa a la campaña presidencial de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en 2006. Según información que circula en medios y redes sociales, se alega que altos miembros del cartel contribuyeron económicamente a la campaña electoral de AMLO, quien eventualmente se convirtió en el Presidente de México.

Estas acusaciones han generado un intenso debate en la esfera política mexicana, con llamados a una investigación exhaustiva para esclarecer la veracidad de estas afirmaciones. Andrés Manuel López Obrador, en su conferencia matutina, calificó la noticia como una «vil calumnia» y aseguró que es parte de una estrategia para desacreditarlo y dañar la imagen de su gobierno.

Hasta el momento, no se han presentado pruebas concretas que respalden las acusaciones, y varios analistas señalan la falta de sustento en la información difundida. La Fiscalía General de la República (FGR) ha anunciado que investigará cualquier denuncia formal presentada al respecto, subrayando la importancia de esclarecer la situación y mantener la transparencia en el ámbito político.

Este escenario destaca la sensibilidad política y la polarización en México, donde las acusaciones de este tipo pueden tener un impacto significativo en la percepción pública y la estabilidad política. La situación continuará desarrollándose a medida que se aclaren los hechos y se lleven a cabo investigaciones pertinentes.