Un nuevo escándalo sacude a Pemex, la petrolera mexicana, con la desaparición de 150 millones de dólares destinados al proyecto Campo Nejo en San Fernando, Tamaulipas.

El presupuesto asignado a este yacimiento de gas y petróleo fue modificado en marzo del año pasado, pero aproximadamente un 10% de los fondos se desconoce su paradero. Las denuncias señalan a Ulises Hernández Romano, director de PMI, filial de Pemex encargada de la comercialización de hidrocarburos en el extranjero.

Hernández Romano asumió el cargo en septiembre de 2019 y ha ocupado diversas posiciones dentro de Pemex, generando influencia en la Dirección Corporativa de Administración y en la Comisión Nacional de Hidrocarburos. Se le vincula con Armando Mejía, quien trabajó en Pemex y ahora ocupa el cargo de director de Medición y Comercialización de la Producción en el órgano regulador.

Otra irregularidad relacionada con Hernández es que, a pesar de ser director general de PMI, continúa recibiendo ingresos de la Dirección Corporativa de Administración de Pemex. Además, existe una estrecha relación entre Hernández y Estela Campuzano, directora jurídica de PMI, y se le vincula con la ampliación de contratos a la empresa Baker Hughes, empresa involucrada en polémicas anteriores.

Ulises Hernández, con más de 20 años de experiencia en Pemex, fue uno de los impulsores de la reforma energética durante el gobierno de Enrique Peña Nieto. Su conocimiento interno de la petrolera lo ha llevado a ascender en la actual administración. Este nuevo escándalo de corrupción pone en entredicho los esfuerzos del presidente López Obrador por combatir la corrupción en Pemex.