Las lesiones por fuegos artificiales son un problema de salud pública, especialmente en diciembre, cuando se producen el 30% de los casos.

La principal recomendación es evitar esta práctica, pero si no se puede evitar, todos los menores deben estar supervisados por un adulto.

En caso de realizar esta práctica, es importante tener cuidado con el lugar donde se guardan los fuegos artificiales y no llevárselos a la boca.

Las quemaduras provocadas por los fuegos artificiales pueden ir desde enrojecimiento y ardor en el momento, hasta graves lesiones internas.